Traje de novio
oscila ahorcado de una frágil percha
prácticamente nuevo —me lo puse
sólo entonces como un niño su nacer.
Ahora me queda justo y es ahora
cuando no podré llevarlo contigo.
Parece la ropa eterna de un muerto
testigo en calma de su funeral.
En su ataúd solo le viene grande
la ausencia en que se olvida y este tren
perdido inunda del ayer su boca
en vacío sin espera ni planta
que rebrote tu flor desde mi carne.
—Fernando López Guisado.
TRAJE DE NOVIO
El traje de gala de nuestra boda
oscila ahorcado de una frágil percha
prácticamente nuevo —me lo puse
sólo entonces como un niño su nacer.
Parece la ropa eterna de un muerto
testigo calmo de su funeral.
Solo, en su ataúd, le viene grande
la ausencia en que se olvida y este tren
perdido inunda del Ayer su boca
en vacío sin espera ni savia
que rebrote tu flor desde mi carne.