Palomitas (más o menos): "Al borde de la realidad", serie de Netflix
Uno de mis mayores "placeres culpables" es esta serie (docuserie, flipada, cosa...) de Netflix que trata sobre supuestos testimonios reales acerca de experiencias paranormales. Hace relativamente poco salió la versión "latinoamérica" y ayer mismo me enchufé la nueva temporada de su vertiente estadounidense.
No deja de ser una suerte de "reality" en el que dramatizan los testimonios, muchas veces escalofriantes, aunque esta hornada haya sido muy floja. Tiene mucho de telebasura, desde luego, porque es un poco programa de Iker Jiménez, no resolutivo, que le gusta simplemente meter el miedo por el propio morbo.
Pero algo me hipnotiza: quizá un paralelismo lovecraftiano respecto a los protagonistas. Nunca le ocurren a quienes llevaron una existencia tranquila y sin problemas sino que quienes sufren estos "bordes de la realidad" también andan muy al filo de la susodicha por maltrato infantil, drogadicción, tragedias familiares desestructuradoras, etc.
Por eso reivindico su carácter tan tan de personaje de Lovecraft: sé que estoy en un psiquiátrico y he tomado drogas y he intentado matar a mucha gente, pero créame, he visto monstruos...
Me pregunto si quizá, por esa misma situación al límite, tienen los cerebros más predispuestos para que fuerzas del otro lado se acerquen a ellos porque, eso sí, todos los casos son respecto a cosas malvadas, a ninguno se le aparece el fantasma de su difunta y amable abuela para decirles que les quiere mucho.
No deja de ser una suerte de "reality" en el que dramatizan los testimonios, muchas veces escalofriantes, aunque esta hornada haya sido muy floja. Tiene mucho de telebasura, desde luego, porque es un poco programa de Iker Jiménez, no resolutivo, que le gusta simplemente meter el miedo por el propio morbo.
Pero algo me hipnotiza: quizá un paralelismo lovecraftiano respecto a los protagonistas. Nunca le ocurren a quienes llevaron una existencia tranquila y sin problemas sino que quienes sufren estos "bordes de la realidad" también andan muy al filo de la susodicha por maltrato infantil, drogadicción, tragedias familiares desestructuradoras, etc.
Por eso reivindico su carácter tan tan de personaje de Lovecraft: sé que estoy en un psiquiátrico y he tomado drogas y he intentado matar a mucha gente, pero créame, he visto monstruos...
Me pregunto si quizá, por esa misma situación al límite, tienen los cerebros más predispuestos para que fuerzas del otro lado se acerquen a ellos porque, eso sí, todos los casos son respecto a cosas malvadas, a ninguno se le aparece el fantasma de su difunta y amable abuela para decirles que les quiere mucho.
Para pasar un buen mal rato con miedo gratuito y, mayoritariamente, chusco.
Hasta la próxima grabación y recordad que siempre hay algo bueno y malo en la Verdad: todo el mundo tiene una.
Buenas noches, Nueva Orleans.