Libros con gafas: "Spider-Man: toda una vida", Chip Zdarsky y Mark Bagley.
Por mucho que detestes el subgénero de héroes con poderes y mallas, a menos que hayas vivido en un búnker sin ningún tipo de contacto humano desde los años sesenta, sabrás quién es "el Hombre Araña". Buque insignia de la famosa "casa de las ideas" y representante moralista de que "todo gran poder conlleva una gran responsabilidad", lleva (y continúa) experimentando toda una vida de aventuras desde esos sesenta ya mencionados en que hizo su primera aparición de la mano de Stan Lee y Steve Ditko. Precisamente, es de lo que va este cómic, una fantasía en que se reflejan sus sagas más famosas y celebradas (con mejor o peor acierto al adaptarlas al paso de los años) como si el personaje hubiera ido envejeciendo desde entonces y, sí, al final muere. Se trata de una historia bella, emocional, y más intimista que trepidante, más de reflexión que de acción. Mientras que, a pesar de todas las desgracias que sufre, el trepamuros siempre ha mantenido un giro cómico, un profundo humor en sus comentarios repletos de chascarrillos, en esta novela gráfica el tono general tiende desde el principio más bien hacia lo melancólico y a un dulce amargor: el de la mirada de quien cuenta desde la vejez y, en eso, me hubiera gustado que el punto de vista también hubiera evolucionado con la historia. No obstante, se trata de una verdadera obra de arte, que rezuma un enorme conocimiento del mundo del cómic y sus registros más contemporáneos, además de un profundísimo amor por el "amigo y vecino" Spider-Man. El dibujo es precioso y plástico; muchas veces se centra en los primeros planos de rostros y expresiones, repletos de tensión y vivacidad. Tanto si jamás te has acercado a él, como si eres un fanático del lanzarredes, esta historia podrá gustarte en diferente medida y merece la pena ser leída. Nos recuerda que la identidad es darlo todo por un sueño. Hasta la próxima grabación y recordad que siempre hay algo bueno y malo en la Verdad: todo el mundo tiene una. Buenas noches, Nueva Orleans. |