Palomitas: "Las reglas de la ruina"
"Las reglas de la Ruina"
México. 2018.
Complicado hacerse una opinión sobre esta película de presupuesto bajísimo que casi da vergüenza y los propios actores no se creen su papel. Guion con muy buenas ideas y otras, directamente, ridículas en su intento de homenaje y repleto de clichés y lugares comunes como un amor enfadado en un mal día.
Es una película lovecraftiana porque todo se remite a Lovecraft y, si no queda vergonzosamente claro, insistimos en ello: tomos malditos de artes oscuras que te vuelven loco, los dioses de su mitología, personajes al borde del abismo personal, seres acechantes en la oscuridad cósmica (tirando de látex y algo de infografía que hizo el sobrino del director que se le dan bien los ordenadores), el concepto de que "una mosca sólo consigue enredarse más si lucha con fuerza en la tela de araña...
Pero se hace tan cómica en ocasiones en sus homenajes y su desarrollo que emborrona sus escasísimos aciertos (como ese libro que da título a la película y, según el lector, lo verá escrito en un idioma o en otro). En el fondo, no deja de ser el preludio para una sesión del juego de rol de "La llamada de Cthulhu" (pero de esas partidas de principiante para hacerse con la mecánica y soltarse un poco a la hora de interpretar). Le faltan mimbres y le sobra solemnidad por todos los achiques.
Se agradece (o no) que la "protagonista" no salga directamente desnuda en ningún momento, ya que tirar de chavala en bolingas sin venir a cuento hubiera terminado de estropear con el morbo y la torridez un encantador despropósito simplista.
Hay que tener valor para sacar al mercado una película como esta, de las que yo defino como "mierda estupenda" y que acojo en los rincones podridos de mis circunvalaciones cerebrales de adicto al cine de terror mierder.
La doy un cuatro porque, por mucho que metas a Lovecraft y sus herederos literarios, hay que currar más para el aprobado raspado y no sólo tirar de referencias y pundonor.
Hasta la próxima grabación y recordad que siempre hay algo bueno y malo en la Verdad, todo el mundo tiene una.