Libros con gafas: "La espada salvaje de Conan, número 1". Titan comics. Panini comics. Varios autores.
La renovada Espada salvaje de Conan, que Panini trae a las estanterías españolas con el respaldo de Titan Comics, es mucho más que un retorno: es un homenaje, un acto de resurrección casi tan osado como las aventuras del propio Conan. ¿Por qué? Porque recuperar hoy una obra así —tras décadas donde los héroes bárbaros y el pulp de espada y brujería parecían anquilosados en el rincón del olvido autocomplaciente— implica una valentía editorial y una celebración para quienes crecieron entre aventuras, monstruos y mitologías de tiempos remotos.
Este primer número abre con una historia de Conan que, sin pretender más de lo que es, logra capturar ese espíritu primigenio de la acción directa y de las fuerzas superiores que Howard supo conjurar en sus escritos. El héroe cimmerio se nos presenta con esa intensidad que no busca otro objetivo que sobrevivir, enriquecerse y superar los obstáculos a golpe de acero, con la furia de quien se ha criado en una tierra salvaje. La historia es autoconclusiva y, al mismo tiempo, un guiño que abre la puerta a futuras incursiones en este mundo, como si Conan reclamara su lugar en las nuevas generaciones.
La segunda historia cambia radicalmente de tono y nos presenta a Solomon Kane, un cazador de brujas puritano, taciturno y siniestro. Kane, un hombre de fe y violencia, recuerda a aquellos héroes oscuros que vagan por paisajes sombríos, persiguiendo horrores que desafían la lógica y la moral. A diferencia del relato de Conan, su historia es solo el principio, una especie de promesa sombría que continuará en próximos números. Kane encarna la lucha contra las sombras, el dilema de aquel que combate lo impío en un mundo que también parece retarle. Y su inclusión en esta nueva "Espada salvaje" aporta esa nota de horror sobrenatural que contrasta con la fiereza de Conan, permitiendo que la revista tome un ritmo rico y diverso, hecho de contrastes y de fidelidad a los mundos creados por Howard.
No podemos ignorar la herencia detrás de esta publicación, su ADN original de pulp, de violencia, de hechicería y misterio. En los años setenta, "La espada salvaje de Conan" supo ser una revista pionera, alcanzando un estatus mítico entre los lectores que buscaban algo más allá de los héroes en mallas y la ciencia ficción espacial. Fue la puerta a un mundo donde lo épico y lo oscuro se mezclaban con el horror, un umbral a otro tipo de heroísmo. Titan y Panini asumen el reto de devolvernos esa mezcla, y lo hacen de un modo que, sin buscar la sofisticación ni la grandilocuencia, invita a la aventura en su sentido más puro. Y sí, aún en esta época digital, abre un espacio donde el lector puede reencontrarse con la fascinación de una espada que corta tanto carne como magia, en una edición económica y asequible, pensada para los tiempos de ahora y para manos de hoy.
Esta nueva etapa no busca ser el Olimpo de la literatura de fantasía. Con una edición cuidada y asequible, con el arte de sus autores resonando a los trazos y estilos originales, nos entrega espectáculo, emoción, y una dosis del horror arcano que Howard destiló en sus escritos. Como un buen relato de taberna o una leyenda contada al calor de una hoguera, "La espada salvaje de Conan" nos arrastra a un rincón mítico y primitivo, un espacio de lo desconocido, lo salvaje y lo eterno. Una pieza valiente y digna de sumarse a cualquier biblioteca de quien aún cree en las leyendas.