No presents for Christmas

Esta era para mi la noche más especial del año. No soy católico, ni cristiano, pero tenía una magia especial. Mi primer Buenas Noches Nueva Orleans lo hice en un email comunal (tiempos sin redes sociales) en un momento así hará ya la friolera de veinte años quizá. 

No voy a realizar un balance aún, eso corresponde a lo que denomino "las abluciones de Nochevieja". Pero, aunque me hago fuerte, me recupero y me voy convirtiendo, como afirma mi hermana, en una versión "mejorada" de mí, en un "Fernando 2.1" que ha aprendido enormemente de sus errores, no puedo dejar de pensar con nostalgia en la cena de hace un año, donde no puse la ternura y el cariño en el lugar correcto y todo me daba igual inmerso en la locura y comencé en serio a destruir lo que con mucho esfuerzo había conseguido. 
Ayer alguien me indicó que mire al cielo, que la magia de la Navidad existe, y que habrá luna llena en Nochebuena, algo que no ocurría desde mi nacimiento. "Por favor, pide un deseo y se cumplirá", afirmó. No lo creo: el pasado no vuelve y, sin duda, como reza una canción de King Diamond que solía colgar por estas fechas (esta vez lo pienso sin ápice de provocación sino con amarga evidencia) no hay presentes esta Navidad, "There's no presents for Christmas'. No merezco ni un solo regalo, sino la visita de tres fantasmas que ya no dejan de acosarme desde hace meses. 

Pero estaré rodeado de seres queridos y mis hijos recibirán la visita de Papá Noel, que les colmará de paquetes bajo el árbol, cuantos más mejor, no por compensar nada, sino porque me gusta disfrutar de un tiempo de calidad que no regresará nunca, jugando a tope con ellos, dejando que me enseñen una nueva mirada limpia de la vida. 

Cada uno cargamos con nuestras cadenas como Marley, estas son las mías. Os dejo, no obstante, con este tradicional Villancico nada hispano y muy metálico en su versión, mi favorito, es melancólico y mágico. Os agradezco a todos los amigos y a la familia que, contra viento y marea, seguís ahí. Y al resto, aquellos que no, aconsejo meditéis que todo Santo tiene un pasado como todo pecador tiene un futuro: juzgar es fácil desde zapatos ajenos. 

Feliz Nochebuena, mente gestalt, y perdón por el vómito, ya limpio yo al salir. Recordad que para que una pesadilla se transforme en un sueño, sólo hay que llevar la mano al cinto y buscar el sable láser.

Hasta la próxima grabación, Buenas Noches Nueva Orleans


El busto de Lovecraft...

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