Libros con gafas: "The nice house on the lake". Ecc Ediciones. James Tynion IV y Álvaro Martínez Bueno.
Bueno, pues ya me he terminado de leer la "recopilación de la primera temporada" (lo llaman así aunque estemos, realmente, ante un cómic completo y cerrado de "final abierto" del que, hasta donde alcanza mi información, no se ha anunciado todavía una continuación), la sensación de estos últimos tiempos en boca de todo el mundillo comiquero frikimonster que viene a cambiar la concepción que tenemos del terror, supone un hito, un antes y un después, será recordado por su planteamiento novedoso, su tratamiento de las emociones y su trama que no descansa en sorpresas y secretos, dejándote sin aliento y obligándote a leerlo del tirón. En la tienda donde lo compré (no es barato, en torno a los 50€), tanto el dependiente como dos chicas y un chaval, me hablaron con tal emoción y disfrute que me llevé esta obra de arte revolucionaria como si, de pronto, mi vida fuera a cambiar.
Es más, así me lo aseguraron.
Y yo, imbécil de mí, sigo creyendo en el Santo Grial.
La edición es cara y bien planteada, no con demasiados extras. La ilustración, simplemente, cumple; tirando a realista de trazo desdibujado y a viñetas (propias del autor) que se salen del orden establecido derecha izquierda, una detrás de otra, página siguiente; sino que encontramos bastantes que se salen de lo común, se expanden en toda la superficie y tiran, en ocasiones, a un espíritu muralista aunque contenido, con muchos detallitos en los que detenerse y disfrutar de las referencias y homenajes. También nos muestran correos electrónicos, mensajes de chat, y demás parafernalia muy de agradecer para salirse de lo convencional.
Me llamaba imbécil por dejarme llevar por el entusiasmo ajeno. Efectivamente. Yo, por lo menos, intento no mentir en mis reseñas porque luego pasa lo que pasa. Cierto es que la historia es bastante buena y sabe mezclar un montón de influencias y referentes totémicos contemporáneos pero lo siento, en el alma, no estamos ante nada nuevo aunque no hace falta. Es una buena historia y todas las buenas historias no necesitan ni ser originales, ni que se las ponga por las nubes como mucho más de lo que son. Además, denominarlo "terror" es pasarse de frenada y eso se lo digo también a una de las chicas que me contestó afirmativamente cuando pregunté: ¿pero es de terror sobrenatural con monstruo, bicho, demonio... ya me entiendes?
Citando a Ozores: ¡No, hija, no!
De terror tiene algunos temas que no se tratan como terror y sólo sirven de excusa en una trama que empieza fuerte y luego se torna en irregular (añado que con momentos muy repetitivos y ramplones) para volver a ganar cierto suspense y ritmo tirando al final. Sabe jugar con lo desconocido, con la memoria, con lo que nosotros creemos que recordamos (algo que define nuestra vida y nuestra personalidad) y eso lo hace de manera muy eficiente e, incluso, brillante rozando lo deslumbrante que, como decían en Blade Runner, suele apagarse rápidamente. Tiene más de las cuestiones adscritas a la ciencia ficción que al terror y su herencia se nota desde el principio con un aroma a "Perdidos" (aquella serie) y otros productos posteriores, lanzando especias, aquí y allá, de "Soy leyenda", "El príncipe", "The office", "Gattaca" y cualquier serie de supervivencia a las que estamos acostumbrados y con la que nos bombardean.
No, no inventa nada y, si seguimos poniendo lazos editoriales (yo entiendo que tienen que vender y que esas ventas les respaldan) que nos impulsen a creer que esto es "alta cultura", seguiremos creando una población que piensa en medida de lo que lee y de lo que le han convencido.
Es un buen cómic, con partes lentitas, que juega bien con el suspense y "la suspensión" de los anzuelos narrativos, de los momentos de retrospectiva y de futuro respecto a la historia que leemos. Aplica bien las técnicas. Plantea temáticas interesantes como las decisiones, la lealtad, la amistad, el bien común, la equivocación por amor, lo incorrecto con buena intención... Pero ¡ya! No estamos ante la revolución. Es la tortilla que llevamos disfrutando, más o menos gourmet según las épocas, con otros personajes, tampoco radicalmente diferentes a los que ya conocemos.
Lo recomiendo, me parece una buena compra (de hecho, he adquirido cómics mucho peores), probablemente lo revise dentro de unos años. Pero ahí queda eso.